martes, 26 de junio de 2007

Humberto Duvauchelle y el teatro de siempre




DE POCOS HOMBRES DE TEATRO HEMOS estado mas cerca que de Humberto Duvauchelle, de quien comenzamos a ser amigos hace cuarenta y cinco anos, cuando ensayaba La vida es Sueño, de Calderón de la Barca, bajo la dirección de Jorge Elliot. Concepción se disponía entonces a celebrar su Cuarto Centenario y el Teatro Universitario preparaba esta obra para la ocasión.

Los ensayos se hacían en el local de la Federación de Estudiantes Penquistas --en Freire casi esquina Angol-- y Galo Gómez, que era inspector jefe del Internado del Liceo de Hombres, nos había autorizado a salir después de clases, con la única condición que fuéramos hasta allí, llevándole un recado a un dirigente universitario amigo suyo. Y camarada, también, porque la FEC va estaba en manos de la Brigada Socialista, de la cual el futuro regidor de la comuna y vicerrector de la universidad era un destacado militante.

Mientras esperábamos que llegara Pablo Doboud --que todavía sigue siendo el "Campa" para sus antiguos compañeros-- nos asomamos a la sala donde ensayaba el grupo y Orietta Escamez nos invito a entrar. Por cierto que nos quedamos hasta el final y casi volvimos al liceo sin cumplir el encargo de Galo, entusiasmados como estábamos conversando con los actores del TUC. Se contaban Humberto, Héctor y Hugo Duvauchelle, las hermanas Escamez, Gaston von dem Bussche, y unos cuantos más, aparte de Elliot y del escenográfo Eduardo Hyde, quien se convertiría con el tiempo en uno de esos "personajes inolvidables", no sólo para nosotros, sino para la gente de esta ciudad.

Con Zapatera Prodigiosa, de García Lorca, dirigida por David Stitchkin, en 1945, y con el drama de Calderón, comenzó a gestarse entre nosotros un vigoroso movimiento teatral, que tuvo, en los tres Duvauchelle a sus principales animadores.

Separados del TUC por diferencias artísticas, formaron el Teatro Libre de la Federacion de Estudiantes de la Universidad de Concepción y llevaron el teatro a los barrios y a la mayoría de los pueblos de la provincia. Para ser justos, hay que decir que los Duvauchelle fueron, también, los pioneros de la extensión teatral en nuestra zona.

Radicados en Santiago desde 1953, siguieron en esa misma línea con el Teatro Bancario, fundado por Enrique Gajardo Velásquez, hasta que el Teatro Experimental de la Universidad de Chile los llamo a sus filas. Primero, a Humberto, y luego, a Héctor, porque Hugo falleció cuando sus dos hermanos actuaban en Las Brujas de Salero, de Arthur Miller. En 1956, si la memoria no nos traiciona.

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1 comentario:

shanella dijo...

Buenas no sé si me recuerda mi nombre es shanella soy peruana y fuí su alumna ya regresé a mi país y me trae muy buenos recuerdo ver su blog...no sé como hacer para recuperar esos videos de talleres que hicimo y hasta la misma hombre en la cual me eligió para hacer el monólogo de todas maneras éxitos y saludos para todos